Marta Aranda, pianista, concertista y fundadora de Madrid Music Hall

Os presentamos a Marta Aranda Roig, pianista, concertista con una gran trayectoria profesional.

Ha tocado en múltiples auditorios, tanto nacionales como internacionales, y es fundadora de Madrid Music Hall, un lugar que brinda oportunidades escénicas a músicos en formación. Aquí os dejamos la entrevista, esperamos que os guste.

¿Qué es significa la música para Marta Aranda?

Es mi pasión, mi trabajo y mi vocación. Una de las cosas con las que más disfruto en el mundo. 

¿Cómo surge tu interés por el piano? No sé el momento exacto. Si que guardo con especial cariño el recuerdo de un concierto donde pude escuchar a mi profesor de grado medio interpretar la integral de los estudios de Chopin. En ese momento pensé que tenía muy claro que quería dedicarme a tocar el piano y dar conciertos. 

¿Cómo fue ese momento en el que decidiste dedicarte profesionalmente a ello?

Fue en tercero de la ESO. Yo me dí cuenta que era lo que mejor se me daba, no me costaba ningún esfuerzo y me podía pasar horas y horas escuchando música y tocando. Empecé estudiando en una academia y a los dos años hice las pruebas de acceso al conservatorio. Yo tenía muy claro que era a lo que me quería dedicar, así que empecé a invertir todas mis energías en estudiar piano. Sin embargo en el instituto… ¡hacía lo justo para aprobar! No tenía mucho interés en lo que ahí estudiaba, salvo un par de asignaturas que sí me gustaban mucho. 


¿Cuales son para ti las cosas más fundamentales de tu formación?

Al principio pensaba que el piano lo era todo. Pero con el paso del tiempo me di cuenta que no es así. Para mi la Armonía ha sido una de las cosas más importantes de mi formación. Creo que un buen músico debe saber armonía, saber analizar lo que toca y entenderlo con profundidad. De nada sirve quedarse en lo superficial para conseguir una buena interpretación. 


¿Qué requisitos crees que debe cumplir un buen músico?
Estar siempre dispuesto a aprender y mejorar. Entender que no hay una verdad absoluta y que hay mil maneras de interpretar. A mí es algo que personalmente me ha costado entender porque al final, te vas fijando en una «escuela», en una técnica muy concreta, en una manera de interpretar… y luego cuando vas pasando por diferentes profesionales te das cuenta de que no es así. Que lo que te había contado uno, para otro no tiene ningún sentido. Y no es que uno lleve la razón o no, es que hay diferentes formas de llegar al mismo punto y de entender este arte. 

¿Qué es lo más importante para tí en una interpretación?
Que el músico transmita. En una entrevista a Arrau, este comentaba lo importante que es que haya una conexión entre todas las partes del cuerpo. Decía algo así como que «el cuerpo tiene que estar en contacto con el alma»; y que cuando existe una tensión en la espalda, el brazo, en la muñeca…, este flujo de energía se pierde. Y no le faltaba razón. Para tocar bien no sólo tienes que saber mucha música, si no que también debes conocer la técnica de tu instrumento. Ahora que tengo ocasión de ver a mucha gente joven tocar en concierto me doy cuenta de la cantidad de fallos técnicos que tienen. Y en ese momento hay algo que se rompe en la interpretación. Es como si el cuerpo estuviera desconectado de lo que el músico quiere transmitir. 

¿Nos puedes contar algo de ese libro de ritmo y teoría que estás elaborando?

Llevo años dando clases y a lo largo de este tiempo me he dedicado a elaborar mucho material para darle a mis alumnos en función de los problemas que veía que les iban surgiendo. Ahora quiero unificar todas estas ideas y plasmarlas en un libro. Estoy escribiéndolo junto a una gran amiga a la que respeto mucho a nivel profesional. Tengo muchas ganas de publicarlo, creo que tiene ideas muy buenas que podrán servir tanto al alumno como al profesor para poder hacer en el aula y enfocar el ritmo desde una perspectiva menos «aburrida» para el alumno. 

¿Cuál es tu opinión acerca de la música moderna como el jazz, el rock, el pop etc?
¡A mí me encanta el rock! Es, junto a la música clásica, el género que más escucho. Es una pena que en los conservatorios esté tan separado el mundo clásico del «moderno». Deberíamos aprender de todo un poco y luego ya especializarnos, pero al menos tener unos conocimientos básicos sobre cada uno de estos mundos porque al final todo es música y todo se complementa. 

De todos los espacios donde has tocado ¿cuál ha sido el más especial para ti y por qué?
Jardí dels tarongers, en Barcelona. Fue la primera vez que di un concierto en Barcelona desde que empecé la carrera universitaria. Mi familia vive ahí y nunca me había escuchado tocar en concierto. Fue un concierto muy familiar en un entorno precioso. La sala es magnífica. No es muy grande pero eso la hace ser todavía más acogedora. 

¿Quién ha sido tu mayor apoyo en tu carrera musical?
No sé si podría escoger a una persona. Mi madre y mi pareja han sido y siguen siendo un apoyo incondicional, tengo mucha suerte de tenerles a mi lado. Pero también he tenido unos cuantos profesores que han sido muy importantes a lo largo de mi carrera. Mi profesor de piano, Iván Cítera, me supo transmitir lo más bonito de la música, me enseñó a escuchar, a buscar el sonido adecuado en cada pasaje y me desarrolló mi amor hacia la pedagogía.

Por otra parte, mi profesor de música de cámara, Giuseppe Devastato, me enseñó lo importante que es el respeto hacia los compañeros y alumnos en el aula y trato de ser igual ahora cuando doy clases. Mi profesor de armonía, José Antonio Montaño, me hizo abrir los ojos sobre lo importante que es no quedarse absorto en el estudio del instrumento e ir mucho más allá. Y por último, mi profesor de grado medio, José María Duque, que ha estado todos estos años por detrás ayudándome y escuchándome siempre que he necesitado una segunda opinión.

Todos han sido un apoyo muy importante para mí porque han formado parte de los años más bonitos de mi carrera, han apoyado mis decisiones y han seguido mis pasos muy de cerca ayudándome en todas las necesidades que me iban surgiendo en el terreno musical. 

Marta Aranda es fundadora de Madrid Music Hall, reciente Asociación musical en Madrid que pretende brindar un espacio a artistas que buscan un lugar donde compartir su trabajo realizando conciertos y actividades.


¿Cómo fue elaborar este gran proyecto?

Todo surgió en una conversación en clase con un alumno. Él tenía muchas ganas de lanzarse a un proyecto así y yo llevaba años soñando en fundar una sala de conciertos para dar oportunidades a las personas que están en etapa de formación. Fue hablarlo y ponernos manos a la obra. Todo ha sido muy fácil con él. Estoy muy agradecida de trabajar a su lado y que hayamos logrado montar en tan poco tiempo un sitio que cada vez está siendo más importante aquí en Madrid para los músicos. 

¿Qué le dirías a ese músico que no conoce Madrid Music Hall?
Es un espacio familiar donde venir a tocar o a escuchar a otros artistas. La sala es cálida y el público cercano. Que no tenga miedo si su nivel todavía no es muy alto, este es justo su sitio para empezar a ganar experiencia. 

Preguntas PING PONG  (Responde con una palabra)

Una ciudad: Madrid
Una canción: Unchained Melody Un disco: Estudios op.10 y op.25 de F. Chopin, interpretados por M. Pollini
Una obra: Scherzo nº2 – F. Chopin
Un libro: El Lobo Estepario
Un compositor: Sólo uno… L.V. Beethoven, J. S. Bach y S. Rachmaninoff (¡no puedo escoger!)
Un músico: José María Duque
Un Cuadro: Cualquiera de Monet
Una bebida: Agua con mucho hielo
Una comida: Espaguetis
Un bar/pub: No soy muy fan de ninguno, jaj.
Un lugar: La montaña
Un restaurante: Hashi Masnou
Una película: Dirty Dancing

Seguimos!!

Algo que te encanta: Entrenar con mis perras
Algo que odias: El egocentrismo de los músicos (y de los no músicos…)

¿Próximos proyectos?
Estudiar otra carrera. Publicar el libro de ritmo y montar una academia de música y artes escénicas. 
Consejo a un músico:
No todo en la vida es la música, aunque queramos vivir por y para ella. Presta atención y cuida el resto de cosas importantes que te rodean. 

ANÉCDOTAS:
Cuéntanos algo que te haya ocurrido relacionado con el mundo musical

En uno de mis primeros conciertos de música de cámara estaba tan nerviosa que dejé de respirar. En una pausa que tenía el piano aproveché para coger tanto aire que creo que las primeras filas del auditorio me escucharon y no pudieron parar de reírse durante un buen rato. A partir de este momento empecé a trabajar en mis respiraciones y soy muy pesada con mis alumnos para que tengan puntos estratégicos en las obras donde puedan aprovechar para respirar mejor y reoxigenarse en caso de que estén muy nerviosos.