Luis del Toro entrevista musical

Os presentamos a Luis del Toro, Ingeniero de sonido con una dilatada carrera profesional. Ha trabajado con más de un centenar de artistas consolidados como: Ana Belén, Bebe, Chucho Valdés, Cómplices, Carlos Jean, David Summers, Diego el Cigala, Dúo Dinámico, Extremoduro, Javier Alvarez, Joaquín Sabina, Jerry González, Juan Luis Guerra, Ismael Serrano, India Martinez, Luis Cobos, Lucas Vidal, Macaco, Mª Dolores Pradera, Miguel Ríos, Mine Kawakami, Nacho Cano, Melendi, Miriam Méndez, Miguel Poveda, Mónica Naranjo, Paquito D´Rivera, Pedro Guerra, Raphael, Raimundo Amador, Riki Rivera, Sergio Dalma, Tamara, Vanesa Martín, Victor Manuel, Vetusta Morla, entre otros.

Aquí os dejamos su entrevista, esperamos que os guste.

¿Cómo surgió tu interés por el sonido?

Más bien diría que mi interés no es por el sonido, es por la música y a través de ella llegué al audio profesional. Ya con 14 años tocaba la guitarra y llevaba varios años estudiando piano, y llegó un momento que surgió la necesidad de grabar, y comencé en Canarias, entre pequeños estudios y home-estudios locales. Algo muy básico pero que me abrió todo un mundo y a partir de ahí no he parado. 

¿Cuándo viste o cómo fue ese momento en el que decidiste dedicarte profesionalmente a ello? 

Un momento exacto no recuerdo, pero sí creo que cuando ya estaba finalizando mis estudios universitarios en Gran Canaria, estudié Telecomunicaciones en Imagen y Sonido, y vi que realmente lo que yo quería era unir la música con la ingeniería. Y cuando acabé de estudiar, decidí dar el salto a Madrid y allí es donde empezó toda mi carrera profesional. Y más en concreto, en el año 2005, surgió la oportunidad de montar lo que fueron los estudios CATA, allí es donde las grandes producciones comenzaron.

Para ti ¿qué requisitos debe cumplir un buen Técnico? 

Creo que en general los Ingenieros de Sonido que me gustan, y lo que intento trabajar o cultivar es un conocimiento de la música con la que se trabaja. Es decir, saber analizar un arreglo musical para entender qué aporta cada instrumento y después poder equilibrarlo y trasladarlo a una mezcla de manera musical y coherente. También mucha paciencia e inteligencia emocional. Y por supuesto: pasión por lo que haces. 

¿Qué es lo más importante para ti en una mezcla?

Sin duda la música. Para mí lo más importante es el mensaje y los músicos que están realizando esa pieza musical. La mezcla está al servicio de la música y tiene que ayudar a la interpretación y al mensaje con la que va cargada.

Cuando ecualizas a una banda o a un artista por primera vez ¿qué puntos o qué cosas tienes más en cuenta?

Cuando mezclo a un artista, ya sea la primera vez o un segundo, o tercer álbum siempre intento ver qué cosas lo hacen único y junto con el mensaje musical que quiere trasladar me hago como un escenario técnico en mi cabeza, y voy fluyendo durante el proceso de mezcla hasta llegar al punto donde todo camina de manera natural y se siente bien la mezcla. Y por supuesto, que le guste al cliente, que al final es quien tiene la última palabra. En ocasiones apenas hay correcciones y en otras pues tenemos que llegar a puntos en común y buscar los ajustes necesarios para cerrar un trabajo, pero es así, es parte del trabajo de ingeniero de sonido.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere iniciarse en el mundo del sonido?

Que estudie mucha música y que es una profesión dónde hay que trabajar duro y muchas horas. Creo que está más cerca de la artesanía que de otra rama. Mucha paciencia y muchas horas.

Cuándo trabajas con músicos y artistas ¿qué esperas de ellos?

De ellos espero lo normal en un buen músico: pasión y autenticidad. Cuando uno no se entrega al 100% en una pieza musical se nota y para que los trabajos queden bien hay que darlo todo. Y bueno, por qué no decirlo, también pasar un buen rato. Con los años vas cultivando una buena amistad con algunos músicos y lo que quieres es pasar una buena experiencia haciendo un proyecto musical.

¿Qué proyecto musical ha supuesto un reto mayor a lo largo de tu carrera profesional?

Es difícil decir, porque algunos proyectos me han supuesto un reto psicológico. Otros un reto técnico, y en ocasiones otros han sido una mezcla de ambos aspectos. Cada proyecto en un puzle a resolver y es difícil medir el grado de dificultad. Pero, por nombrar alguno, podría mencionar una banda sonora de una película que se estrena este año: Operación Camarón. Es una banda sonora en la que llegamos en una misma sesión de Protools de mezcla a 800 pistas, es decir, 800 tracks en la mesa de mezcla que para hacerlo más manejable lo reduje a unos aproximados 400 faders en la mesa de mezcla interna de Protools. Había 5 estilos musicales y una orquesta, en definitiva, un gran reto técnico.

¿Con qué estilo musical te sientes más identificado?

Con ninguno en concreto, pero en general me gustan los estilos musicales que tienen elementos orgánicos. No lo sé pero estoy cómodo cuando tengo pistas con músicos reales tocando, para lo bueno y lo malo que eso supone. 

En cuestión de equipo técnico, ¿cuáles son tus imprescindibles a la hora de trabajar?

Cuando realizo un trabajo, ya sea grabación o mezcla, para mí lo importante son los extremos, es decir, los micrófonos con los que grabo la fuente y los altavoces con los que hago la mezcla. Hasta cierto punto, todo lo que hay en medio: previos, compresores, ecualizadores, sistema de mezcla, plugins, etc. Con todo ello me puedo adaptar y buscar alguna solución técnica para llegar al punto de excelencia deseado. Pero los imprescindibles son un buen micrófono y un buen altavoz.

¿Qué escuchas diariamente? 

De todo, sobre todo con lo que estoy trabajando y las referencias que me dan los clientes. Y cuando no trabajo, y estoy en un momento más familiar, quizás mezclo cosas antiguas de los 60,70 y 80, con alguna playlist más moderna/actual de Spotify. Bueno, y lo que pongan en mi casa o en el coche… Lo que ellos quieran.

¿Cómo ves el panorama actual? 

Este tipo de preguntas me las hacen mucho, y realmente me cuesta responder algo en concreto. Sin hacer un análisis profundo, creo que estamos en una nueva etapa, es decir, siempre hay momentos en la industria de la música. En los 80 y 90 fueron los momentos de grandes presupuestos, grandes ventas de discos, etc… Pero en el 2000 fue cayendo. En el 2010 pegó otro escalón hacia abajo. Y hasta llegar al momento actual donde los presupuestos están apretados, pero la gente, el usuario, escucha mucha música y por tanto hay demanda de ella, y además creo que hay demanda de calidad. Cuando algo tiene mucha calidad realmente busca el mecanismo para llegar a todos.

Preguntas PING PONG  ( Responde con una palabra) 

Una ciudad: Arucas, en Gran Canaria

Una canción: All you need is Love

Un disco: Continuum de John Mayer

Un cantant@ Silvio Rodríguez

Un libro: 100 años de soledad 

Un músico: Richard Bona

Una bebida Ron Arehucas

Una comida: El arroz con verduras de mi madre

Un bar/pub : Libertad 8

Un lugar: Central Park

Un restaurante: Cualquiera de Galicia

Una película: Star Wars

Un coche: el cuatro latas de mi abuela

Seguimos!!

Cuéntanos algo que te encanta: Los Legos

Algo que odias: Cuando te dejan con el ‘buenos días’ en la boca, vamos, que no responden al tuyo.

Cuéntanos que cosas vas a hacer próximamente: Con los proyectos musicales uno tiene que ser discreto porque básicamente cuando salgan tienen que ser una sorpresa, con lo que no puedo contar mucho, pero sí te puedo decir que se estrenan 2 películas dónde he hecho la banda sonora de Riki Rivera, gran compositor y productor musical, una es Operación Camarón y otra es Sevillanas de Brooklyn. Espero que estas películas vayan bien y las puedan ver. Y por otro lado estoy haciendo un proyecto de Sony y algo de un cantante con origen en OT… Ya saldrá, lo dicho, no puedo contar mucho.

PARA LA SECCIÓN DE ANÉCDOTAS

Cuéntanos algo que te haya ocurrido relacionado con el mundo musical.

Cómo solemos decir, lo que pasa en el estudio se queda en el estudio. Tengo anécdotas y curiosidades con grandes artistas y compositores, y más antes, cuando trabajamos muchos en un estudio grande pasaban cosas. En ocasiones divertidas y otras no tanto, pero habría que pedirles permisos a todos para poder contarlo. O cómo dice un buen amigo productor: »Cuando seamos muy mayores y estén todos los implicados en el cielo, lo ponemos todo en un libro».

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