Entrevistamos a Eric Libertun, músico con un futuro prometedor . Hablamos sobre la música y el concierto que realizará mañana dia 24 dentro del ciclo de conciertos que organiza la Fundación Eutherpe.
¿Qué es para ti la música?
¡La música es la vida misma! O es un pedazo de vida que contiene todo lo que nuestras vidas contienen: todas las alegrías, las tragedias, los amores, las decepciones, las calmas, las pasiones, la fragilidad, la fuerza… Todo está en ella y por eso nos habla tan intensamente. Como en una conversación emocionante con alguien a quien queremos, los músicos conversamos cada día con personas muy especiales que dejaron por escrito sus reflexiones, sus visiones del mundo, pero en forma de sonidos. Y cuando compartimos eso con otros, cuando la música llena un espacio, de alguna manera nos hace entrar en una misma vibración, cada uno desde sí mismo, pero enlazado con los demás, nos hace hermanos.
¿Cómo surgió tu interés por ella?
Casi sin querer. En mi familia no había músicos, aunque nuestros padres nos pusieron, a mi hermano y a mí, desde pequeños mucha música. De esto no guardo ningún recuerdo, pero según me contaron siendo casi un bebé me llevaron al Teatro Colón a escuchar a Martha Argerich tocando con orquesta, y al parecer uno de los primeros violines les dijo que se quedó asombrado con el chiquillo que no había despegado sus ojos del escenario en todo el concierto.
¿ Cuál dirías que es el secreto para ser un gran músico o intérprete?
¡Ya me gustaría a mí saberlo! Desde luego vocación, empeño y mucho, mucho trabajo. Y junto a esa labor de constancia, dejarse enriquecer por todo lo que nos rodea. Cuando escucho a alguien que es interesante tocando, siempre es porque consigue no sólo que en sus manos vivan las notas, sino que deja ver, con sinceridad y naturalidad, que se interesa por el mundo, que conoce bien a las personas, que alimenta su imaginación de experiencias, de pintura, cine, poesía, lo que sea. Y, por encima de todo, al escuchar a un gran músico, uno siente que sin música no se podría vivir.
¿Qué puedes contarnos acerca del concierto que vas a realizar dentro de los conciertos que ofrece La Fundación Eutherpe?
Es un programa que he preparado con mucha dedicación, con mucho mimo. Obras de Bach, Beethoven, Chopin y Ravel. Algunas conocidísimas, otras menos; unas me acompañan desde hace años, otras será la primera vez que las llevo al escenario. Es música muy contrastada, desde luego muy buena –con esos nombres, sobra decirlo– y con todos los colores imaginables.
¿ Cuál es tu opinión de esta institución liderada por Margarita Moráis?
Sobre todo dos palabras: agradecimiento y admiración. Esta será ya la tercera vez que toco para la Fundación Eutherpe y su generosidad, su trato siempre cercano y cariñoso y el público tan receptivo, tan entusiasta hacen que sea un lujo, realmente. Y admiración por todo lo que hacen, por ese empeño tan duradero de Margarita Morais por cultivar la actividad musical, por dar oportunidades a los jóvenes –y no tan jóvenes–. Los que hayan estado en la Sala Eutherpe saben que la propia sala está cubierta entera de fotos y recuerdos de los cientos de músicos que han pasado por allí, y da una energía muy especial verse rodeado de tantas personas admiradas, amigos y mentores. Uno imagina que lo escuchan y se siente bien acompañado.
¿Dónde se encuentra tu carrera actualmente?
Mi carrera está haciéndose, y creo que así será siempre. Ahora que he cumplido, digamos, con mi formación “oficial”, el camino que se abre es largo y ancho: recibir nuevas influencias en el extranjero, compartir la música en conciertos y seguir evolucionando todo lo que pueda. Es un punto de inflexión ilusionante.