Os presentamos a Alejandro Román, músico y compositor con una extensa carrera profesional. En su faceta como compositor ha compuesto más de setenta obras para piano, guitarra, orquesta, cámara… Ha compuesto numerosas bandas sonoras para cine y teatro. Su biografía también cuenta con la publicación de varios libros, entre los que destaca «El Lenguaje Musivisual, semiótica y estética de la música cinematográfica» Aquí os dejamos su entrevista. Esperamos que os guste.
¿Cómo surge tu interés por la composición?
En realidad fue Eva Gancedo quien me inoculó el interés por la composición en sus clases de Armonía y Composición y Arreglos en la Escuela de Música Creativa de Madrid, allá por el año 1992. A partir de ahí, y de un curso sobre Composición de música de cine con Miguel Blanco empecé a componer. Escribí mis primeras canciones para los grupos en los que tocaba piano y teclados, como fueron Respect, Soulfingers, Prinz, etc. Y compuse la música de un par de cortometrajes. Ya en 1997 comencé a escribir para piano, y en el 98 ingresé en el Conservatorio para estudiar la carrera de Composición. Desde entonces he escrito 75 opus de música sinfónica, una treintena de cortometrajes y ocho largometrajes, así como un buen número de canciones y temas de pop-rock y jazz.
¿Cuáles fueron tus influencias?
Mis influencias son múltiples y vienen de todos los estilos y géneros.
Siempre me ha interesado mucho la música del siglo XX… Debussy, Satie, Ravel, Falla, Bartok, Glass, Cage, etc. En cuanto al jazz, me encanta el be-bop, el cool, el jazz contemporáneo, y pianistas como McCoy Tyner, Tete Montoliu, Keith Jarrett, Chick Corea (D.E.P.), Herbie Hancock, Chano Domínguez…
También me encanta el rock progresivo, Genesis, Pink Floyd, Rush, Marillion, Saga… y llegué a tocar en un grupo llamado Galadriel. En general me gusta mucho todo el rock británico (The Police, Simple Minds, U2, Sting, Peter Gabriel…). También el rock americano de Bruce Springsgteen o Billy Joel.
Hubo un tiempo en que toqué con grupos de soul y funk (Respect, Cool Jerks, Soulfingers, Elka Sommers…), por lo que me sumergí en todo ese fantástico mundo de la mano de Otis Redding, Wilson Pickett, Sam and Dave, Aretha Franklin… y el acid-jazz (JTQ, Brand New Heavies…). Me gustan mucho también el flamenco (Camarón, Paco de Lucía), la música antigua (la griega antigua, la medieval, del renacimiento y el barroco), la electrónica (desde Isao Tomita, pasando por Vangelis, Kraftwerk, a la del español Ed is Dead…), el folklore, la música cinematográfica, por supuesto… en fin… toda música que tenga calidad la disfruto mucho…
¿Qué requisitos crees que debe cumplir un buen compositor?
Según mi opinión, un buen compositor ha de tener una buena preparación técnica para poder expresar lo más fácilmente posible sus ideas y lo que lleva en su interior. Creo, sinceramente, que todos tenemos algo que expresar, y que solo es necesario, para poder manifestarlo, estar preparado musicalmente a un nivel lo más alto posible.
Otra cuestión es ser alguien dotado de un don, con una especial sensibilidad y con una creatividad fuera de lo normal, algo únicamente al alcance de unos pocos. Pero un buen compositor puede llegar a ser cualquiera que se prepare a fondo técnica y musicalmente, que tenga una mentalidad abierta a todo tipo de música y que esté en contacto con la cultura y la realidad del momento en que vive. En todo caso, creo que un compositor, primero, ha de ser un buen intérprete, a ser posible, con conocimientos de improvisación, y luego que tenga una cultura musical y estilística extensa.
¿Cómo es el proceso de composición de tus obras?
En realidad no tengo una forma única de componer, mis procesos pueden ser muy cambiantes en función del tipo de proyecto, de lo que me pueda inspirar para escribir, etc. A veces la idea surge de un tema extramusical, otras veces, de una improvisación al piano. Pero puedo ser también muy cerebral y tenerlo todo previsto de antemano, con todos los materiales preparados antes de componer, aunque luego me dejo llevar. Creo que el acto de creación no puede ser siempre el mismo, te ha de llevar solo, y el compositor se ha de dejar arrastrar, aunque siempre con un control sobre la obra, para lo cual, la técnica es fundamental, sobre todo cuando nos quedamos sin ideas.
¿Cómo encuentras tu momento de inspiración?
En forma… Siempre se me ocurren ideas para mis composiciones… Lo que me falta es tiempo para ponerlas en marcha… Ahora tengo en mente dos obras para piano que esbocé estas pasadas navidades, pero los proyectos se me acumulan, porque ahora estoy terminando mi último libro y acaban de ofrecerme una nueva película; así que tendrán que esperar a que acabe estos proyectos. La película para la que voy a trabajar es una de terror cañí, algo un tanto especial, muy original. Para la película echaré mano de toda mi experiencia y las técnicas compositivas, aunque lo importante es que quede mi impronta, mi personalidad, en definitiva, mi música en ella, por lo cual el proceso creativo pasará con seguridad por momentos de inspiración a través de la improvisación.
¿Cómo gestionas los bloqueos creativos a la hora de culminar una
composición?
Siempre con técnica. Y con ideas extramusicales, tratando de conectar con cosas o conceptos que no se encuentran en la música para que puedan alimentarla… Otra forma de gestionar el bloqueo es cerrar, y retomarlo más adelante… puede ser una hora más tarde, un día o una semana. En mi caso, generalmente solo necesito, como mucho, de un día… Y entonces, retomo el trabajo y las ideas vuelven a fluir… (si no lo han hecho ya antes, incluso durmiendo…). En todo caso, si uno tiene la técnica suficiente no es necesario nada más que echar mano de ella para continuar con el trabajo.
¿Cuáles son las principales conexiones entre el lenguaje de la imagen y el lenguaje musical?
Muchas. Éste es un tema que me apasiona, y en el que estoy invirtiendo mucho tiempo y descubriendo muchísimas cosas. Gran parte de todos mis descubrimientos están en mis libros. Si estoy aprendiendo algo de lo que es el lenguaje de la música es a través del estudio de las relaciones entre la música cinematográfica y las imágenes a las que acompaña.
Cuando eres capaz de observar cuáles son esas relaciones, y cómo la música adquiere significado a través de las imágenes, y viceversa, cómo la imagen adquiere significados adicionales por la música que la acompaña, entonces descubres de qué forma la música tiene ya de por sí un significado por sí misma que se concretiza en unión con la película. Es a lo que yo he llamado «Lenguaje Musivisual», y todo este conocimiento lo he plasmado en tres libros, una trilogía «musivisual» que se cierra con el último que estoy terminando de preparar y que se publicará en breve.
¿Cuál ha sido el trabajo que has compuesto del que te sientes más
orgulloso y por qué?
No sé, para mí todas mis obras y composiciones son «hijas» mías, y las quiero por igual… De hecho, tengo editadas todas ellas y muchas están disponibles en las plataformas digitales. Es verdad que algunos de mis primeros discos aún tienen algo de «inocencia» musical, pero no dejan de ser mías. En todo caso, me siento orgulloso de algunas más que de otras. Por ejemplo, de la música cinematográfica me siento orgulloso de «El Perfecto Desconocido», y de los últimos trabajos, de «La Odisea de Vasi», por ejemplo.
En cuanto a mi obra sinfónica, mi obra pianística considero que tiene un buen nivel, así como muchas de mis obras camerísticas. En cuanto a las orquestales, «Acuarelas de Irlanda» o «Abriliana» son dos composiciones a las que tengo mucha estima. Y hay canciones de las que me siento también muy orgulloso, tanto mis lied, «Tres Sonetos de Amor» o «Nocturno», como las del musical «Matar a Cervantes», así como mis canciones de rock, por ejemplo «Coward & Brave» o «Estándar», de la película del mismo título, o algunas otras que tengo aún sin publicar.
Si pudieras elegir trabajar con el director de cine de tus sueños ¿Quién
sería?Quizá Alfred Hitchcok, por un lado, que era sorprendente, aunque como persona seguramente bastante difícil de tratar. Por otro lado también me hubiera gustado trabajar con Giuseppe Tornatore, y de entre los españoles, con seguridad, Almodóvar, por su personal forma de crear historias con un trasfondo y un poso que cala, o con Amenábar, que tiene un sentido cinematográfico impresionante, y con el que llegué a trabajar orquestando la versión de concierto de su música para «Los Otros».
¿Qué tipo de música escuchas diariamente? Escucho todo tipo de música, y me gusta variar. Mucho rock y pop-rock pero también música clásica, jazz, flamenco, últimamente, con esto de la pandemia, me gusta escuchar música de relajación, que me ayuda a apartarme de todo este caos que estamos viviendo. Últimamente trato de descubrir más música, tanto actual como del pasado. Si te gusta el jazz te recomiendo que escuches el trío de Avishai Cohen… impresionante.
¿Quién ha sido tu mayor apoyo en tu carrera musical?
Primero, mi madre. Si soy músico es por ella, de hecho, mi nombre artístico, Román, es el de mi madre, el de mi familia de músicos. Ella está muy orgullosa de que yo haya sido músico y ahora compositor, y me ha ayudado siempre. Luego, le debo mucho a mi profesora, compañera y amiga Zulema de la Cruz, quien creyó en mí desde el primer momento y me ayudó a integrarme en el mundo de la composición. Gracias a las dos, seguro que sin vosotras no hubiera llegado tan lejos.
Preguntas PING PONG ( Responde con una palabra)
Una ciudad: Roma, sin duda, y Madrid…
Una canción: una mía inédita, «A little victory», y «Dancing with the Moonlight Knight», de Genesis
Un disco: Dos: «Darkness on the Edge of Town» (1978), de Bruce Springsteen y «Brave» (1994), de Marillion
Un cantant@: Peter Gabriel, por su personal voz / Steve Hogarth, de Marillion
Un libro: Dos: «La insoportable levedad del ser», de Milan Kundera / «El Quijote», de Miguel de Cervantes
Un compositor: Dos: Claude Debussy y Manuel de Falla
Un músico: Dos: Chick Corea, D.E.P. / Pedro Iturralde, D.E.P.
Un Cuadro: «Las Meninas», de Velázquez / «El Guernica», de Pablo Picasso
Una bebida: dos: una buena cerveza, un buen vino
Una comida: Dos: la paella o fideuá de marisco / un buen cocido madrileño
Un bar/pub: Dos que son pequeñas salas de conciertos donde he tocado mucho: el Siroco y el Moby-Dick, en Madrid
Un lugar: la Casa de Campo madrileña, un lugar de relajación y contacto con la naturaleza en medio de la ciudad.
Un restaurante: Dos espectaculares: Urrechu, en Pozuelo de Alarcón / El Trasgu, en Torrelodones
Una película: Dos: «Cinema Paradiso«, de Giuseppe Tornatore, «La Lista de Schindler», de Steven Spielberg
Un coche: el mío, el Honda CR-V Híbrido
Algo que te encanta : disfrutar de los momentos… La gastronomía, los viajes, las ciudades, la cultura, los paseos, la naturaleza, los amigos…
Algo que odias: la ignorancia, el odio y la cerrazón.
¿Próximos proyectos? Mis próximos proyectos tienen que ver con música para cine, … más cine… Tengo en marcha un curso de Máster sobre Composición de música audiovisual que dirigiré en una universidad pública muy importante. Y más de mi música sinfónica… estrenar mi zarzuela… un disco con mis temas de rock progresivo… un par de libros más y más discos de mi música de concierto y cine… a ver… tengo muchas cosas, ya en cartera… me falta el tiempo…!!
ANÉCDOTAS:
Cuéntanos algo que te haya ocurrido relacionado con el mundo
musicalSiempre recordaré la experiencia increíble de tocar con el grupo de soul «Respect» en 1992 teloneando en un autobús itinerante de Cadena 100 al grupo «Los Refrescos» (los del ska «Vaya, vaya, aquí no hay playa»…). Eso fue en un día de julio en Arcos de la Frontera, en Cádiz, en un precioso pequeño valle lleno de naturaleza. Probamos sonido antes del concierto y nos quedamos descansando por las mesas del parque antes de que llegara el público.
Poco a poco se fue llenando de gente hasta que se llenó la explanada completamente. Había una muchedumbre increíble… a lo «rock de estadio»… Salimos a escena y tuve la sensación de que éramos como los Rolling Stones… todo el público vitoreando, gritando… Tocamos el repertorio tan rápido que me pareció que el concierto duró solo cinco minutos… !!! Sudor, sudor y adrenalina en estado puro!!! No puedo imaginarme si hubiera pertenecido a un grupo como U2… !! La leche…
Te cuento otra anécdota… Tocando en la Fiesta Grande de Bilbao con «Cool Jerks», eso fue en 1994, otra vez de teloneros, esta vez de la «Vargas Blues Band», el concierto fue todo un éxito. Otra masa de gente…. El público a tope… Dejamos muy caliente las gradas…
Hasta que llegó el blues de Javier Vargas y la gente comenzó a vaciar la Plaza del Gas… Demasiados solos para una rueda de blues de doce compases muy sencilla… Nunca acababa el solo… Creo que llegó a dar entre diez y quince vueltas… Recuerdo que tocar el Hammond me sentía transportado como si pilotara un helicóptero cuando accionaba el rotor del altavoz giratorio Leslie…
Y también aún me acuerdo de todo lo que trabajábamos entre todo el grupo para transportar al escenario desde la furgoneta, tanto al órgano, como al Leslie. Éramos un grupo de soul «indie» donde hacíamos de todo… de músicos, de representantes, de «pipas» y de todo un poco…
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